Sacabó el baile.
Demasiadas semanas duraba el Sevilla danzando en un falso concurso de celebrities.
Pero a pesar de los kilos perdidos, los chorrocientos ensayos, los trajes oscuros, los peinados horribles, las imprecaciones de los fanes ultra-gebis, las horas de interminable publicidad, las canciones babosas gastadas por el uso, etc., etcétera, Don Miguel Ángel Rodriguez ha sido el ganador de la naturalidad, simpatía y esfuerzo entre tanta basurilla.
¡Ahí queda eso!,
que diría el maestro.