En defensa de la Astrología.

Me parece perfecto que no se considere a la astrología una ciencia, y ésto no es reciente: en 1.666, Jean-Baptiste Colbert, ministro de estado del rey de Francia Luis XIV, hizo excluir de la Universidad de París la enseñanza de la astrología, hasta entonces estudio obligado junto a todas las ciencias.
La astrología existe desde que existe el hombre, formando arquetipos socio-culturales inherentes a la civilización humana. Y no sólo es anterior a la ciencia (¿empieza ésta con Aristoteles, Pitágoras o con Newton?) sino que seguramente es la fuente de las grandes religiones.
Hace más de 5.000 años, Babilónia es una teocracia dependiente de los designios de los astrólogos y sus zigurats, destruidos simbólicamente en la Biblia como la torre de Babel.
Muy interesante también la analogía entre los doce hijos de Jacob, que fundan las doce tribus de Israel y los signos astrológicos caldeos. En la cultura griega también se explican los signos esotéricamente en los doce trabajos de Hércules. Incluso hubo una creencia proto-cristiana de asociar los doce apóstoles y más concretamente los cuatro evangelistas, representados como
el Angel, el Águila, el León y el Toro.
Reivindico el legado cultural, filosófico y espiritual de la vapuleada astrología, y defiendo la claridad del raciocinio científico, rechazando la superchería que nos ofrecen los medios de comunicación.
Si te gusta la filosofía, la literatura, la historia de las religiones, el Señor de los Anillos, Conan,
la Poesía, las pelis de aventuras, los juegos y ...soñar, te gustará la astrología.



Pantocrátor de la iglesia de Santiago en Carrión, Palencia.